Easter

Day 4: The Betrayal of the Son

Read:

Matthew 26:1-16

Reflect:

Wednesday of the passion week is known as holy or ‘spy’ Wednesday in some Christian traditions because it calls to mind Judas’ decision to betray Jesus. This is a very sad (even evil) act to commemorate, but there is more to the larger story than initially meets the eye. So the following reflections may help us grasp a deeper significance to what happened.

First of all, we see a strange confluence between the holy purpose of God and the evil, sinful action of humans, a mystery which often leaves us puzzled. Jesus knew and declared that in God’s purpose he would be delivered up to be crucified in two days (v 2). At the same time, Judas was guilty of callously plotting to betray Jesus and deliberately looking for the right moment to do so (vv 14-16). How can evil human behaviour fit into good divine purposes? It brings to mind how Joseph responded to his brothers who had wickedly sold him into slavery:

As for you, you meant evil against me, but God meant it for good, to bring it about that many people should be kept alive, as they are today (Genesis 50:20).

Peter also recognized this point when he asserted in his sermon at Pentecost:

this Jesus, delivered up according to the definite plan and foreknowledge of God, you crucified and killed by the hands of lawless men (Acts 2:23).

Jesus himself commented on this conundrum:

For the Son of Man goes as it has been determined, but woe to that man by whom he is betrayed! (Luke 22:22; cf. Matthew 26:24)

Somehow Judas’ betrayal of Jesus (for which he was accountable) became a part of fulfilling God’s redemptive purpose. What questions does this mystery raise in your mind?

Secondly, we observe a remarkable act of beauty in the midst of the ugly scene of the religious leaders’ efforts to kill Jesus and Judas’ betrayal (vv 6-13). An unnamed woman pours expensive ointment on Jesus’ head. Even the disciples do not understand the act and consider it a waste of resources that could be better used for the poor. Jesus commended the woman for this generous act which she did as a preliminary preparation for his burial (v 12). How much the woman understood at this point we are not told but she must have had some inkling of what lay ahead for Jesus. At the very least this was an extravagant act of love which she gave gladly because, to some extent, she must have believed Jesus’ statement that he would be crucified (cf. v 2). What act of beauty can you give the Savior who was crucified for you?

Thirdly, we get some insight into the motives of the human heart. We’ve already seen that the religious leaders had closed their hearts and minds to the truth about Jesus. They saw him as a threat to their authority and had become intent on killing him (vv 3-5). But what about Judas? He had been a disciple close to Jesus for three years. What moved him to decide to betray Jesus in such a cowardly and malicious act? Perhaps there was an element of greed, for he said: What will you give me if I deliver him over to you (v 15)? Was he frustrated that Jesus had not launched a military/political takeover, and so he tried to force the issue? Had he come to agree with Israel’s leaders that Jesus was an imposter who should be stopped? We may not know for certain but both Luke (22:3) and John (13:2, 27) tell us that Satan entered his heart. How and why Judas permitted this to happen remains a mystery. What steps can we take to keep us from betraying Jesus in any way, and from listening to the subtle temptations of Satan?

Respond:

Let us take to heart the remarkable encouragement found in 1 Corinthians 10:13; No temptation has overtaken you that is not common to man. God is faithful, and he will not let you be tempted beyond your ability, but with the temptation he will also provide the way of escape, that you may be able to endure it.


La traición del hijo

Leer:

Mateo 26:1-16;

Reflexionar:

El miércoles de la semana de la pasión se conoce como miércoles santo o 'espía' en algunas tradiciones cristianas porque recuerda la decisión de Judas de traicionar a Jesús. Este es un acto muy triste (incluso malvado) para conmemorar, pero hay cosas en la historia más grandes de lo que parece inicialmente. Por lo tanto, las siguientes reflexiones pueden ayudarnos a comprender un significado más profundo de lo que sucedió.

En primer lugar, vemos una extraña confluencia entre el propósito santo de Dios y la acción malvada y pecaminosa de los humanos, un misterio que a menudo nos deja perplejos. Jesús sabía y declaró que en el propósito de Dios sería entregado para ser crucificado en dos días (v 2). Al mismo tiempo, Judas fue culpable de conspirar cruelmente para traicionar a Jesús y buscar deliberadamente el momento adecuado para hacerlo (vv 14-16). ¿Cómo puede el mal comportamiento humano encajar en los buenos propósitos divinos? Recuerda la forma en que José respondió a sus hermanos que lo habían vendido malvadamente como esclavo:

Ustedes se propusieron hacerme mal, pero Dios dispuso todo para bien. Él me puso en este cargo para que yo pudiera salvar la vida de muchas personas. (Génesis 50:20 ). 

Pedro también reconoció este punto cuando afirmó en su sermón en Pentecostés:

pero Dios sabía lo que iba a suceder y su plan predeterminado se llevó a cabo cuando Jesús fue traicionado. Con la ayuda de gentiles sin ley, ustedes lo clavaron en la cruz y lo mataron; (Hechos 2:23).

Jesús mismo comentó sobre este enigma:

Porque el Hijo del Hombre se va como está determinado, pero ¡ay de aquel hombre por quien es entregado! (Lucas 22:22; cf. Mateo 26:24 (NTV) )

De alguna manera, la traición de Judas a Jesús (por la cual él era responsable) se convirtió en parte del cumplimiento del propósito redentor de Dios. ¿Qué preguntas plantea este misterio en tu mente?

En segundo lugar, observamos un notable acto de belleza en medio de la fea escena de los esfuerzos de los líderes religiosos por matar a Jesús y la traición de Judas (vv 6-13). Una mujer no identificada vierte un ungüento caro sobre la cabeza de Jesús. Incluso los discípulos no comprenden el acto y lo consideran un desperdicio de recursos que podrían ser mejor utilizados para los pobres. Jesús elogió a la mujer por este acto generoso que hizo como preparación preliminar para su sepultura (v 12). No se nos dice cuánto entendió la mujer en este punto, pero debe haber tenido alguna idea de lo que le esperaba a Jesús. Como mínimo, este fue un acto de amor extravagante que ella dio con gusto porque, hasta cierto punto, debió haber creído la declaración de Jesús de que sería crucificado (cf. v 2). ¿Qué acto de belleza puedes darle al Salvador que fue crucificado por ti?

En tercer lugar, obtenemos una idea de los motivos del corazón humano. Ya hemos visto que los líderes religiosos habían cerrado sus corazones y mentes a la verdad acerca de Jesús. Lo vieron como una amenaza a su autoridad y tenían la intención de matarlo (vv 3-5). Pero, ¿y Judas? Había sido un discípulo cercano a Jesús durante tres años. ¿Qué lo movió a decidir traicionar a Jesús en un acto tan cobarde y malicioso? Quizás hubo un elemento de codicia, porque dijo: ¿Qué me darás si te lo entrego (v 15)? ¿Estaba frustrado porque Jesús no había lanzado un golpe militar/político, y entonces trató de forzar el asunto? ¿Había llegado a estar de acuerdo con los líderes de Israel en que Jesús era un impostor que debía ser detenido? Puede que no lo sepamos con certeza, pero tanto Lucas (22:3) como Juan (13:2, 27) nos dicen que Satanás entró en su corazón. Cómo y por qué Judas permitió que esto sucediera sigue siendo un misterio. ¿Qué pasos podemos tomar para evitar traicionar a Jesús de alguna manera y dejar de escuchar las sutiles tentaciones de Satanás?

Responder:

Tomemos en serio el extraordinario estímulo que se encuentra en 1 Corintios 10:13 (NTV) ; Las tentaciones que enfrentan en su vida no son distintas de las que otros atraviesan. Y Dios es fiel; no permitirá que la tentación sea mayor de lo que puedan soportar. Cuando sean tentados, él les mostrará una salida, para que puedan resistir.