Day 20: The Advent of Jesus 2

Read:

Luke 2:8-14; Philippians 2:1-10

Reflect:

Who is this Jesus? When the angel appeared to the shepherds to announce the birth of Jesus he used three additional terms to those employed when addressing Mary to describe him. These are: Savior, Christ/Messiah and Lord (v 11). Examining these will highlight even more the greatness of our redeemer.

For unto you is born this day in the city of David a Savior (v 11). This was good news of great joy (v 10) for the shepherds, promising forgiveness of sin and reconciliation with God at a very personal level. Paul states it memorably saying: there is one God, and there is one mediator between God and men, the man Christ Jesus, who gave himself as a ransom for all (1 Timothy 2:5-6). Peter substantially broadened the concept of salvation when he proclaimed:

18 But what God foretold by the mouth of all the prophets, that his Christ would suffer, he thus fulfilled. 19 Repent therefore, and turn back, that your sins may be blotted out, 20 that times of refreshing may come from the presence of the Lord, and that he may send the Christ appointed for you, Jesus, 21 whom heaven must receive until the time for restoring all the things about which God spoke by the mouth of his holy prophets long ago. (Acts 3:18-21)

The restoring all things refers to the full renewal of the fallen creation as part of the Savior’s work. Peter also asserts that there is salvation in no one else, for there is no other name under heaven given among men by which we must be saved (Acts 4:12). There is only one Savior.

This Savior is further identified as Christ or Messiah. The term “Christos” is the Greek translation of the Hebrew term “Messiach”. Both terms mean the divinely “anointed one”. As Isaiah had prophesied, a shoot would spring forth out of the stump/root of Jesse, fully anointed by the Spirit, to deliver Israel (Isaiah 11:1-10). The apostle Paul, quoting from Isaiah 11:10, draws attention to the fact that his rescue also includes Gentiles.

And again Isaiah says, “The root of Jesse will come, even he who arises to rule the Gentiles; in him will the Gentiles hope.” (Romans 15:12)

Furthermore, the prophets Jeremiah (23:7; 33:15) and Zechariah (3:8; 6:12) call him the branch that will sprout forth to rule wisely with justice and righteousness. Jesus, born in Bethlehem the city of David, is the embodiment of that Christ/Messiah.

Jesus is also the Lord. The earliest Christian confession was: “Jesus is Lord!” Paul affirms this in memorable terms in Philippians 2:9-11:

9 Therefore God has highly exalted him and bestowed on him the name that is above every name, 10 so that at the name of Jesus every knee should bow, in heaven and on earth and under the earth, 11 and every tongue confess that Jesus Christ is Lord, to the glory of God the Father.

The ancient Jewish prayer called the “Shema” (Deuteronomy 6:4-5) asserted categorically:

4 Hear, O Israel: The LORD our God, the LORD is one. 5 You shall love the LORD your God with all your heart and with all your soul and with all your might.

Then in 1 Corinthians 8:6 Paul includes Jesus as Lord in the teaching of that prayer saying:

yet for us there is one God, the Father, from whom are all things and for whom we exist, and one Lord, Jesus Christ, through whom are all things and through whom we exist.

Caesar Augustus may have assumed he was lord of the world when he ordered the census (v 1), but the angelic message proclaimed Jesus as Lord (v 11). Since Jesus is Lord, then Caesar is not.

May the joy of the shepherds at the good news about Jesus inspire great joy in us.

Respond:

Together with the angels (v 14) let us praise God for the Savior, who is Christ the Lord!

Glory to God in the highest, and on earth peace among those with whom he is pleased!”


El advenimiento de Jesús - 2

Lea:

Lucas 2:8-14; Filipenses 2:1-10

Reflexione:

¿Quién es este Jesús? Cuando el ángel se apareció a los pastores para anunciar el nacimiento de Jesús utilizó tres términos adicionales a los empleados al dirigirse a María para describirlo. Estos son: Salvador, Cristo/Mesías y Señor (v 11). Examinar estos resaltará aún más la grandeza de nuestro redentor.

Porque les ha nacido este día en la ciudad de David un Salvador (v 11). Esta fue una buena noticia de gran alegría (v 10) para los pastores, prometiendo el perdón de los pecados y la reconciliación con Dios a un nivel muy personal. Pablo lo declara memorablemente diciendo: hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, quien se dio a sí mismo en rescate por todos (1 Timoteo 2:5-6). Pedro amplió sustancialmente el concepto de salvación cuando proclamó:

18 pero Dios estaba cumpliendo lo que los profetas predijeron acerca del Mesías, que él tenía que sufrir estas cosas. 19 Ahora pues, arrepiéntanse de sus pecados y vuelvan a Dios para que sus pecados sean borrados. 20 Entonces, de la presencia del Señor vendrán tiempos de refrigerio y él les enviará nuevamente a Jesús, el Mesías designado para ustedes. 21 Pues él debe permanecer en el cielo hasta el tiempo de la restauración final de todas las cosas, así como Dios lo prometió desde hace mucho mediante sus santos profetas. (Hechos 3:18-21)

La restauración de todas las cosas se refiere a la renovación completa de la creación caída como parte de la obra del Salvador. Pedro también afirma que ¡En ningún otro hay salvación! Dios no ha dado ningún otro nombre bajo el cielo, mediante el cual podamos ser salvos. (Hechos 4:12). Hay un solo Salvador.

Este Salvador se identifica además como Cristo o Mesías . El término “Christos” es la traducción griega del término hebreo “Messiach”. Ambos términos significan el “ungido” divinamente. Como había profetizado Isaías, un retoño brotaría del tronco/raíz de Isaí , totalmente ungido por el Espíritu, para liberar a Israel (Isaías 11:1-10). El apóstol Pablo, citando Isaías 11:10, llama la atención sobre el hecho de que su rescate también incluye a los gentiles.

Y de nuevo Isaías dice: «El heredero del trono de David vendrá y reinará sobre los gentiles. Ellos pondrán su esperanza en él» (Romanos 15:12)

Además, los profetas Jeremías (23, 7; 33, 15) y Zacarías (3, 8; 6, 12) lo llaman la rama que brotará para gobernar sabiamente con justicia y rectitud. Jesús, nacido en Belén, la ciudad de David, es la encarnación de ese Cristo/Mesías.

Jesús es también el Señor. La primera confesión cristiana fue: “¡Jesús es el Señor!” Pablo afirma esto en términos memorables en Filipenses 2:9-11:

9 Por lo tanto, Dios lo elevó al lugar de máximo honor y le dio el nombre que está por encima de todos los demás nombres 10 para que, ante el nombre de Jesús, se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra, 11 y toda lengua declare que Jesucristo es el Señor para la gloria de Dios Padre.

La antigua oración judía llamada “Shema” (Deuteronomio 6:4-5) afirmaba categóricamente:

4 »¡Escucha, Israel! El Señor es nuestro Dios, solamente el Señor.[a] 5 Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas..

Luego en 1 Corintios 8:6 Pablo incluye a Jesús como Señor en la enseñanza de esa oración diciendo:

Pero para nosotros: Hay un Dios, el Padre, por quien todas las cosas fueron creadasy para quien vivimos; y hay un Señor, Jesucristo, por medio de quien todas las cosas fueron creadas y por medio de quien vivimos.

César Augusto pudo haber asumido que era el señor del mundo cuando ordenó el censo (v 1), pero el mensaje angélico proclamó a Jesús como Señor (v 11). Ya que Jesús es Señor, entonces César no lo es.

Que la alegría de los pastores por la buena nueva de Jesús nos inspire una gran alegría.

Responda:

Juntos con los ángeles (v 14) alabemos a Dios por el Salvador, que es Cristo el Señor!

¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz entre aquellos en quienes Él se agrada!”