Day 6: Joseph’s Advent Experience

Read:

Matthew 1:18-25

Reflect:

Life can be hard when circumstances are beyond our control. Fears, anxieties, and impulsive actions can easily slip into our lives when we lose management of our affairs. Today’s reflection on Joseph shows that he had to cope with circumstances outside his control. His response is helpful and can perhaps guide us as we face uncontrollable challenges in life.

Things started well for Joseph. He was engaged (legally pledged) to Mary and anticipating the joys of married life. Then a problem arose. His beloved was discovered to be pregnant. [We are told this was sacred and of the Holy Spirit, but Joseph did not know that]. What was he to do? Were his fears of a tarnished reputation justified? Now Joseph was a just man, wanting to do what was right in a difficult situation. He was also compassionate, not wanting to shame Mary publicly. Fortunately, he did not act on impulse but took time to ponder the matter. His decision (though hard) was to terminate the relationship with Mary quietly without public fanfare.

Joseph’s dilemma was not easily resolved even when an angel appeared to him in a dream and told him to take a different course of action. He should not be afraid to take Mary as his wife because her pregnancy was from the Holy Spirit. How could this be? Even more astounding was the news that her child would be the Savior from sin; the very embodiment of God called Immanuel, God with us. Personally, I cannot recall ever receiving direction from God through a dream, though many testify that they have. Therefore, it is a bit difficult to know exactly how Joseph processed his experience and its remarkable revelation. Though he must have been aware of the messianic sign in Isaiah 7:14, it likely came as a surprise how that promise was now to be fulfilled. It was probably reassuring to hear that Mary’s pregnancy was from the Holy Spirit and not due to immoral behavior. But why should he be privileged to become the adoptive-father of Jesus? Could this reversal of fortunes and solution to his dilemma really be true? Was God actually coming to help him through his problems?

Though we may not know all that went through Joseph’s mind, his response to the dream and its message tells us a lot about the kind of person he was. When he awoke from the dream he did as the angel of the Lord commanded him (v 24). He took the dream seriously as a genuine message from God. This was more than faith which merely assents to the truth of the message. It was an obedient faith which immediately put “feet” on the things it affirmed. Joseph saw this as God’s way forward through his quandary and willingly stepped into it. He took Mary as his wife and with remarkable discretion did not have sexual intimacy with her until after the birth of Jesus. Joseph, an ordinary person caught up in a situation beyond his control and understanding, showed great humility, trust in the ways of God, and willing obedience as he struggled through difficult circumstances with patient endurance (more on this in a later reflection).

What about us? First, are we open to receive direction from God in the midst of struggles? Perhaps he will speak through his Word, through others, maybe even through a dream. May I suggest that God stands willing to guide us, even if the difficulties continue. Listen for him. Secondly, are we willing to trust God when he shows the way, and follow with obedient action? There is always the danger that when we seek God’s help we still keep our options open as to whether to do as he directs or not. Thirdly, are we content to rest in his will? The resolution of our difficulties may take time and require patience.

Respond:

The chorus of the hymn, Great is Thy Faithfulness, is a fitting response.

Great is Thy faithfulness, great is Thy faithfulness. Morning by morning new mercies I see.
All I have needed Thy hand hath provided. Great is Thy faithfulness, Lord, unto me.


Experiencia de Adviento de José

Lea:

Mateo 1:18-25

Reflexione:

La vida puede ser difícil cuando las circunstancias están fuera de nuestro control. Los miedos, las ansiedades y las acciones impulsivas pueden deslizarse fácilmente en nuestras vidas cuando perdemos el control de nuestros asuntos. La reflexión de hoy sobre José muestra que tuvo que hacer frente a circunstancias fuera de su control. Su respuesta es útil y tal vez pueda guiarnos cuando enfrentamos desafíos incontrolables en la vida.

Las cosas empezaron bien para José. Estaba comprometido (legalmente comprometido) con María y anticipando las alegrías de la vida matrimonial. Entonces surgió un problema. Se descubrió que su amada estaba embarazada. [Se nos dice que esto era sagrado y del Espíritu Santo, pero José no lo sabía]. ¿Qué iba a hacer? ¿Estaban justificados sus temores de una reputación empañada? Ahora, José era un hombre justo, queriendo hacer lo correcto en una situación difícil. También fue compasivo, no queriendo avergonzar a María públicamente. Afortunadamente, no actuó por impulso sino que se tomó un tiempo para reflexionar sobre el asunto. Su decisión (aunque dura) fue terminar la relación con María en silencio y sin escándalo público.

El dilema de José no se resolvió fácilmente, incluso cuando un ángel se le apareció en un sueño y le dijo que tomara un curso de acción diferente. No debía tener miedo de tomar a María como su esposa porque su embarazo fue del Espíritu Santo. ¿Cómo podría ser esto? Aún más sorprendente fue la noticia de que su hijo sería el Salvador del pecado; la encarnación misma de Dios llamado Emanuel, Dios con nosotros. Personalmente, no recuerdo haber recibido nunca dirección de Dios a través de un sueño, aunque muchos testifican que lo han hecho. Por lo tanto, es un poco difícil saber exactamente cómo José procesó su experiencia y su notable revelación. 

Aunque debe haber estado al tanto de la señal mesiánica en Isaías 7:14, probablemente fue una sorpresa cómo se cumpliría esa promesa ahora. Probablemente fue tranquilizador escuchar que el embarazo de María fue del Espíritu Santo y no debido a un comportamiento inmoral. Pero, ¿por qué debería tener el privilegio de convertirse en el padre adoptivo de Jesús? ¿Podría ser cierto este cambio de fortuna y la solución a su dilema? ¿Estaba Dios realmente viniendo a ayudarlo a través de sus problemas?

Aunque es posible que no sepamos todo lo que pasó por la mente de José, su respuesta al sueño y su mensaje nos dice mucho sobre el tipo de persona que era. Cuando despertó del sueño hizo lo que el ángel del Señor le ordenó (v 24). Tomó el sueño en serio como un mensaje genuino de Dios. Esto fue más que la fe que simplemente asiente a la verdad del mensaje. Era una fe obediente que inmediatamente ponía “pies” sobre las cosas que afirmaba. José vio esto como el camino de Dios a través de su dilema y de buena gana entró en él. Tomó a María por esposa y con notable discreción no tuvo intimidad sexual con ella hasta después del nacimiento de Jesús. José, una persona común atrapada en una situación más allá de su control y comprensión, mostró gran humildad, confianza en los caminos de Dios y obediencia voluntaria mientras luchaba con circunstancias difíciles con paciencia (más sobre esto en una reflexión posterior).

¿Qué pasa con nosotros? Primero, ¿estamos abiertos a recibir dirección de Dios en medio de las luchas? Tal vez hablará a través de su Palabra, a través de otros, tal vez incluso a través de un sueño. Permítanme sugerir que Dios está dispuesto a guiarnos, incluso si las dificultades continúan. Escúchelo a él. Segundo, ¿estamos dispuestos a confiar en Dios cuando muestra el camino y seguirlo con una acción obediente? Siempre existe el peligro de que cuando buscamos la ayuda de Dios todavía mantenemos nuestras opciones abiertas en cuanto a si hacer o no lo que él dice. Tercerp, ¿nos contentamos con descansar en su voluntad? La resolución de nuestras dificultades puede tomar tiempo y requerir paciencia.

Responda:

El coro del himno, Grande es tu fidelidad, es una respuesta adecuada.

Oh tu fidelidad, oh tu fidelidad. Cada momento la veo en mí.

Nada me falta, pues todo provees. Grande, Señor, es tu fidelidad.