Read:
Reflect:
The days after Palm Sunday were filled with intense activity for Jesus. On the one hand, he continued teaching and preparing his disciples for his approaching death. On the other hand, he faced increasing pressure, hostility and insincere questions, designed to trick him, from various religious leaders about his authority and identity. Here we can explore only a sampling of the challenges he faced and the wisdom with which he responded.
In the first section (vv 23-27) of today’s passage the chief priests and elders challenged Jesus’ authority to stop the worship activities and carry on a healing ministry in the temple. Jesus knew that a straightforward answer that he had God’s authority would be rejected outright. So he posed a counter question about the source of John’s baptismal activity which exposed their insincerity and unwillingness to recognize the work of God. When they replied, we do not know (v 27), they essentially disqualified themselves as leaders who had the spiritual insight to discern a genuine work of God. Their hearts and minds were closed to the truth about Jesus’ authority.
The parable about the two sons (vv 28-32) drives the point even deeper. It shows that what people end up doing is more important than what they say they will do! The priests and elders saw the righteous work of John but did not believe. So Jesus said the tax collectors and prostitutes would enter the kingdom before them, not because of who they were but because they believed John. Even when the priest and elders saw the grace of God at work in the tax collectors and prostitutes they still refused to believe. Faced with such stubborn unbelief Jesus could not declare his authority and identity directly, but resorted to a subversive parable to expose their self-deceit and unbelief.
In the parable of the tenants (vv 33-46) that follows, the opposition to the master took a violent turn as they abused and killed his servants. Eventually the tenants also killed the master’s son. When Jesus asked what would be done to the wicked tenants (v 40), the chief priests and Pharisees indicted themselves by saying those miserable wretches should be put to death (v 41). It now becomes clear that Jesus is the son in the parable and the messianic cornerstone (vv 42-44) over which they are stumbling. The religious leaders finally recognized that the parable was about them and their planned action against Jesus (v 45). Nevertheless, they refused to repent and continued their efforts to arrest Jesus (v 46).
The suffering of Jesus reflected in these stories was twofold. There was of course the physical danger of arrest and even death that loomed before him, but probably more straining was the deliberate blindness to the truth about Jesus which the religious leaders refused to acknowledge and caused them to seek his arrest and death. That personal rejection must have given him much emotional and spiritual pain and distress.
Jesus went through this suffering and much more for us. The author of Hebrews wrote:
For because he himself has suffered when tempted, he is able to help those who are being tempted. (2:18)
Jesus understands our suffering because he himself suffered and is willing and able to help us in our pain. On top of the help he offers for our current needs, he also bore the suffering we deserved on the cross. List some examples how Jesus has helped you when you were in pain. Do you turn to him regularly for the help he offers when you encounter hardship?
Respond:
Let us welcome Jesus for who he really is with open hearts that trust him to help us in our need, so that we might be true participants in his kingly rule.
Let us then with confidence draw near to the throne of grace, that we may receive mercy and find grace to help in time of need. (Hebrews 4:16)
La autoridad de Jesús
Leer:
Mateo 21:23-46
Reflexionar:
Los días posteriores al Domingo de Ramos estuvieron llenos de intensa actividad para Jesús. Por un lado, continuó enseñando y preparando a sus discípulos para su muerte cercana. Por otro lado, enfrentó creciente presión, hostilidad y preguntas poco sinceras, diseñadas para engañarlo, de parte de varios líderes religiosos sobre su autoridad e identidad. Aquí podemos explorar solo una muestra de los desafíos que enfrentó y la sabiduría con la que respondió.
En la primera sección (vv 23-27) del pasaje de hoy, los principales sacerdotes y los ancianos desafiaron la autoridad de Jesús para detener las actividades de adoración y llevar a cabo un ministerio de sanidad en el templo. Jesús sabía que una respuesta directa de que tenía la autoridad de Dios sería rechazada de plano. Así que planteó una contrapregunta sobre la fuente de la actividad bautismal de Juan que expuso su falta de sinceridad y falta de voluntad para reconocer la obra de Dios. Cuando respondieron, no sabemos (v 27), esencialmente se descalificaron a sí mismos como líderes que tenían el conocimiento espiritual para discernir una obra genuina de Dios. Sus corazones y mentes estaban cerrados a la verdad sobre la autoridad de Jesús.
La parábola de los dos hijos (vv 28-32) lleva el punto aún más profundo. ¡Muestra que lo que las personas terminan haciendo es más importante que lo que dicen que harán! Los sacerdotes y los ancianos vieron la obra justa de Juan pero no creyeron. Así que Jesús dijo que los recaudadores de impuestos y las prostitutas entrarían en el reino antes que ellos, no por ser quienes eran, sino porque le creyeron a Juan. Incluso cuando el sacerdote y los ancianos vieron la gracia de Dios obrando en los recaudadores de impuestos y las prostitutas, se negaron a creer. Ante una incredulidad tan obstinada, Jesús no pudo declarar su autoridad e identidad directamente, sino que recurrió a una parábola subversiva para exponer el autoengaño e incredulidad de los líderes.
En la parábola que sigue de los labradores (vv 33-46), la oposición al amo tomó un giro violento cuando abusaron y mataron a sus sirvientes. Finalmente, los inquilinos también mataron al hijo del amo. Cuando Jesús preguntó qué se haría con los labradores malvados (v 40), los principales sacerdotes y los fariseos se acusaron a sí mismos diciendo que esos miserables debían ser ejecutados (v 41). Ahora queda claro que Jesús es el hijo de la parábola y la piedra angular mesiánica (vv 42-44) sobre la cual están tropezando. Los líderes religiosos finalmente reconocieron que la parábola se trataba de ellos y su acción planeada contra Jesús (v 45). Sin embargo, rehusaron arrepentirse y continuaron sus esfuerzos para arrestar a Jesús (v 46).
El sufrimiento de Jesús reflejado en estas historias fue doble. Por supuesto, estaba el peligro físico de arresto e incluso la muerte que se cernía ante él, pero probablemente más tenso fue la ceguera deliberada a la verdad acerca de Jesús que los líderes religiosos se negaron a reconocer y los llevaron a buscar su arresto y muerte. Ese rechazo personal debe haberle causado mucho dolor y angustia emocional y espiritual.
Jesús pasó por este sufrimiento y mucho más por nosotros. El autor de Hebreos escribió:
Debido a que él mismo ha pasado por sufrimientos y pruebas, puede ayudarnos cuando pasamos por pruebas. (2:18 )
Jesús comprende nuestro sufrimiento porque él mismo sufrió y está dispuesto y es capaz de ayudarnos en nuestro dolor. Además de la ayuda que ofrece para nuestras necesidades actuales, también soportó el sufrimiento que merecíamos en la cruz. Haz una lista de algunos ejemplos de cómo Jesús te ha ayudado cuando tenías dolor. ¿Recurres a él regularmente por la ayuda que te ofrece cuando te encuentras con dificultades?
Responder:
Demos la bienvenida a Jesús por lo que realmente es con corazones abiertos que confían en él para ayudarnos en nuestra necesidad, para que podamos ser verdaderos participantes en su gobierno real.
Así que acerquémonos con toda confianza al trono de la gracia de nuestro Dios. Allí recibiremos su misericordia y encontraremos la gracia que nos ayudará cuando más la necesitemos. (Hebreos 4:16 (NTV))