Friday, Pre-advent: Prophetic Hope of Advent 3

Read:

Matthew 2:1-18; (reading Jeremiah 31:1-40 is strongly suggested)  

Reflect: 

The prophetic hope was not all sunshine and joy. Jesus came into this fallen and corrupted world to save it, but not everyone was prepared to welcome him. His presence on earth, right  from his birth, awakened enemies who were prepared to go to any lengths to be rid of him. Today’s passage shows the beginning of this hostility. It will reveal that the prophets were to some extent aware of this also. 

The prophet Micah makes an astonishing prediction about a ruler to be born in Bethlehem. 

But you, O Bethlehem Ephrathah, who are too little to be among the clans of Judah, from you shall come forth for me one who is to be ruler in Israel, whose coming forth is from of old, from ancient days. (Micah 5:2). 

The chief priest and scribes saw this as a messianic prophecy of a ruler who will shepherd my people Israel (Matthew 2:5-6; see also Ezekiel 34:23-24), and told king Herod so. Sad to say, Herod used this wonderful news that a new king had been born, not as a cause for joy, but to launch a sneaky plot for his destruction. His plot was foiled when an angel instructed the magi not to report their successful search for this king to Herod, but to return home by a different route. It is striking to note how evil will try to use the good Word of God to achieve its own devious goals. 

The threats on Jesus’ life were not over. Joseph was warned to flee to Egypt with Mary and Jesus. This journey was inconvenient, dangerous, and full of hardship. No way to treat a king. Nevertheless, Matthew tells us that this was a fulfillment of Hosea’s prophecy. 

When Israel was a child, I loved him, and out of Egypt I called my son. (Hosea 11:1). 

The exodus of ancient Israel out of Egypt prefigured the new exodus Jesus launched as he too came out of Egypt (Matthew 2:15). God is quite capable of accomplishing his purposes, but it often involves danger, trouble, fear and anxiety for the people through whom he works.  

Jeremiah 31 is an amazing chapter which speaks of God’s everlasting love and faithfulness, his assurance of hope for the future, his plan to install the new covenant, and a host of other wonderful promises. But within these great realities verse 15 sticks out like a sharp thorn in the midst of a beautiful rose bush. 

Thus says the LORD: “A voice is heard in Ramah, lamentation and bitter weeping. Rachel is weeping for her children; she refuses to be comforted for her children, because they are no more.” (Jeremiah 31:15). 

Matthew (2:18) quotes this passage as a prophecy of Herod’s brutal slaughter of the children in Bethlehem. Great tragedy struck as the forces of darkness desperately tried to squelch the Light that had come into the world. Indeed, the prophets realized that along with the bright prophetic forecast that the advent of Jesus would happen, the shadow of darkness was lurking with evil intent to destroy that great hope. 

We learn several things from all this. First, recognize that God will accomplish his purposes even if the forces of darkness seem strong and mighty and threaten to prevail. Secondly, resist the temptation to allow the troubles and difficulties of life to shake our trust in God’s goodness and intent to lead us through them. Thirdly, walk in faith and obedience to our Lord, like Joseph and Mary did in the face of great difficulty. Fourthly, accept the mystery in questions we can’t answer, like: why were the innocent children allowed to die because of Herod’s sins?   

Respond:  

9 Pray then like this: “Our Father in heaven, hallowed be your name. 10 Your kingdom come, your will be done, on earth as it is in heaven.…13 And lead us not into temptation, but deliver us from evil. (Matthew 6:9-10, 13)  


Esperanza profética de Adviento - 3

Lea:

Mateo 2:1-18; (Se recomienda leer Jeremías 31:1-40)

Reflexione:

La esperanza profética no era solo sol y alegría. Jesús vino a este mundo caído y corrompido

para salvarlo, pero no todos estaban preparados para recibirlo. Su presencia en la tierra, desde su nacimiento, despertó enemigos que estaban dispuestos a hacer todo lo posible para deshacerse de él. El pasaje de hoy muestra el comienzo de esta hostilidad. Revelará que los profetas estaban hasta cierto punto conscientes de esto también.

El profeta Miqueas hace una asombrosa predicción acerca de un gobernante que nacerá en Belén:

Pero tú, oh Belén Efrata, eres solo una pequeña aldea entre todo el pueblo de Judá. No obstante, en mi nombre, saldrá de ti un gobernante para Israel, cuyos orígenes vienen desde la eternidad. (Miqueas 5:2).

El sumo sacerdote y los escribas vieron esto como una profecía mesiánica de "un gobernante que pastoreará a mi pueblo Israel" (Mateo 2:5-6; ver también Ezequiel 34:23-24), y así se lo dijeron al rey Herodes. Lamentablemente, Herodes usó esta maravillosa noticia de que había nacido un nuevo rey, no como motivo de alegría, sino para lanzar un complot furtivo para su destrucción. Sin embargo, su complot se frustró cuando un ángel instruyó a los magos que no informaran a Herodes sobre su búsqueda exitosa de este rey, sino que regresaran a casa por una ruta diferente. 

Es sorprendente notar cómo el mal intentará usar la buena Palabra de Dios para lograr sus propias metas tortuosas.

Las amenazas a la vida de Jesús no habían terminado. José fue advertido de huir a Egipto con María y Jesús. Este viaje fue inconveniente, peligroso y lleno de dificultades. No hay manera de tratar a un rey. Sin embargo, Mateo nos dice que esto fue un cumplimiento de la profecía de Oseas: Cuando Israel era niño, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo. (Oseas 11:1).

El éxodo del antiguo Israel en su salida de Egipto, anticipó el nuevo éxodo que Jesús lanzó cuando él también salió de Egipto (Mateo 2:15). Dios es muy capaz de cumplir sus propósitos, pero a menudo implica peligro, problemas, miedo y ansiedad para las personas a través de las cuales obra.

Jeremías 31 es un capítulo asombroso que habla del amor eterno y la fidelidad de Dios, su seguridad de esperanza para el futuro, su plan para establecer el nuevo pacto y una multitud de otras maravillosas promesas. Pero dentro de estas grandes realidades, el versículo 15 sobresale como una espina aguda en medio de un hermoso rosal.

Esto dice el Señor: «En Ramá se oye una voz: profunda angustia y llanto amargo. Raquel llora por sus hijos; se niega a que la consuelen, porque sus hijos se han ido». (Jeremías 31:15).

Mateo (2:18) cita este pasaje como una profecía de la brutal matanza de los niños en Belén por parte de Herodes. Gran tragedia golpeó cuando las fuerzas de la oscuridad trataron desesperadamente de sofocar la Luz que había venido al mundo. De hecho, los profetas se dieron cuenta de que junto con el brillante pronóstico profético de que el advenimiento de Jesús sucedería, la sombra de las tinieblas acechaba con malas intenciones de destruir esa gran esperanza.

Aprendemos varias cosas de todo esto. Primero, reconozca que Dios logrará sus propósitos incluso si las fuerzas de las tinieblas parecen fuertes y poderosas y amenazan con prevalecer. Segundo, resista la tentación de permitir que los problemas y las dificultades de la vida debiliten nuestra confianza en la bondad de Dios y su intención de guiarnos a través de ellos. Tercero, camine en la fe y la obediencia a nuestro Señor, como lo hicieron José y María ante la gran dificultad. Cuarto, acepte el misterio de las preguntas que no podemos responder, como: ¿por qué se permitió que los niños inocentes murieran a causa de los pecados de Herodes?

Responda:

9 Ora de la siguiente manera: Padre nuestro que estás en el cielo,que sea siempre santo tu nombre. 10 Que tu reino venga pronto. Que se cumpla tu voluntad en la tierra como se cumple en el cielo… 13 No permitas que cedamos ante la tentación, sino rescátanos del maligno. (Mateo 6:9-10, 13)